De arquitectura única y suigeneris, su objetivo era brindar a los visitantes al salar un lugar donde encontrar el equilibrio con la naturaleza y disfrutar un descanso placentero e inolvidable. Lo moderno y lo autóctono, se combinan para crear, sobre más de 4.500 metros cuadrados, el primer hotel de sal del mundo, en un atractivo turístico digno de conocer.